domingo, 15 de septiembre de 2013

Punta Arenas, Octubre - Noviembre 2012

 Estrecho de Magallanes





 Fuerte Bulnes 




 Isla Magdalena









Fuimos a la isla Magdalena a visitar el Monumento Natural de los Pingüinos para conocerlos porque somos realmente fanáticos de ellos.
Tuvimos que viajar 20 minutos en lancha para poder llegar a su casa, que es esta isla enorme solo para ellos.
Teníamos que caminar por un sendero delimitado previamente con cordeles y no salirnos de él para no perturbar el ecosistema de los pingüinos ya que estaban en época de incubación y de hacerlo podrían volverse desorganizados o algo por el estilo.
Si alguno se cruzaba por el camino había que detenerse y dejarlo avanzar, ocasión que aprovechábamos para tomarles fotos divertidas para enseñarlas a nuestros amigos cuando volviéramos a casa.
El punto final a lo alto de la isla era un faro al que todos los visitantes llegaban para observar la isla desde arriba y ver los miles de pingüinos que viven allí (según el censo pingüino son alrededor de 50.000 ejemplares (desconozco la veracidad de este censo))
Mientras íbamos de vuelta a la lancha para retornar a nuestros hoteles, me agaché lo más posible al lado de  una casita de pingüino que son unas madrigueras que hacen ellos mismos en la tierra.
Y allí estaba un pingüino, empollando un huevo, mirándome fijamente como yo a él, ambos en absoluto silencio, eternizando esa mirada y logrando adivinar nuestros pensamientos, que uno de mis sueños de toda la vida se había cumplido por fin, de tener en frente un pingüino y contarle mis problemas, adivinando también que cumplía el sueño también de este plumífero lampiño, alcanzando una conexión tal de intercambio de sinapsis neuronales e historias de vida, que al subir a la lancha, el que volvía al hotel no era yo, era el pingüino el que se devolvía a Santiago, el que se subía a la micro a las 7.16 de la mañana y era él el que atendía a la gente en el consultorio, el mismo que imaginaba cosas imposibles antes de acostarse y que tenía problemas de insomnio en el mes de Mayo, mientras yo, el verdadero yo, me quedaba allí en la madriguera, empollando mi huevo que se convertiría en el mejor cazador de sardinas de la isla,  mirando cada día el sol esconderse en el horizonte, tan lleno de paz, tan despreocupado de lo que pasaba en el continente.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Parque Nacional Nevado Tres cruces, III Región (Febrero 2012)








Laguna Santa Rosa










Salar de Maricunga




Me pregunto por el mañana,
el presente ya está cansado 
y el ayer, prácticamente olvidado...