En Fécamp no se podían recoger choros porque estaban infectados con una bacteria patógena. Teníamos miedo de que apareciera un choro asesino y nos persiguiera por la playa hasta que nos pillara para luego pellizcarnos y transformarnos en choros gigantes y peludos. pero no fue así, ja.
creo que me traje un par de esos en la mochila.
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